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Los problemas de tiroides son frecuentes en las personas mayores y es conveniente tenerlo en cuenta porque muchas veces los síntomas que presentan las enfermedades relacionadas con esta glándula pueden pasar desapercibidas y confundirse con los síntomas propios del envejecimiento.

En el hipotiroidismo subclínico, el tiroides no funciona correctamente, pero el paciente puede no manifestar ningún síntoma

Hipotiroidismo subclínico

El hipotiroidismo subclínico (HS) tiene una prevalencia del 1 al 11 % en la población mayor de 60 años. El término Hipotiroidismo Subclínico hace referencia a un insuficiente funcionamiento de la glándula tiroides, pero leve, de tal manera que nuestro organismo todavía es capaz de compensarlo hasta no manifestarse, en principio, ningún síntoma. Se trataría más de un hallazgo bioquímico que clínico, en el que las cifras de TSH están algo por encima del nivel de referencia, mientras que las hormonas tiroideas se mantienen dentro de unos valores normales.

Intolerancia al frío, apatía, somnolencia, aumento de las cifras de colesterol… pueden alertar de un hipotiroidismo sublínico

Sin embargo, aunque la mayoría de los pacientes con hipotiroidismo subclínico están asintomáticos, algunos pacientes presentan bocio (agrandamiento de la glándula tiroides), síntomas como cansancio, ánimo deprimido, dificultad para concentrarse, deterioro cognitivo y elevaciones discretas de colesterol en los análisis rutinarios.

Por ello, hay autores que recomiendan denominarlo mejor hipotiroidismo latente, ya que con frecuencia los pacientes manifiestan síntomas, aunque estos sean sutiles. Además, es importante identificarlo y conocerlo porque, cuanto más elevadas sean las cifras de TSH que presente el paciente, más riesgo hay de progresión a hipotiroidismo sintomático.

Artritis reumatoide, vitíligo y DM tipo 1 son enfermedades autoinmunes que pueden asociar un hipotiroidismo subclínico

La mayoría de las veces, el HS es secundario a una enfermedad autoinmune denominada tiroiditis de Hashimoto, aunque también se puede producir:

  • Como consecuencia de un tratamiento con yodo radioactivo.
  • Tras una cirugía de tiroides.
  • Por déficit de yodo.
  • Incluso, asociado a algunas enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1.

Siempre hay que fijarse en la medicación que toma el paciente, ya que en ocasiones, el tratamiento con amiodarona, litio, antitiroideos o interferón, son las causas de las alteraciones en la función del tiroides.

Es conveniente estar atentos a nuestras personas mayores y fijarnos si manifiestan síntomas del tipo ánimo deprimido, astenia, intolerancia al calor, síncopes repetidos o alteraciones en las cifras de colesterol en los análisis rutinarios. Sería entonces conveniente acudir a un especialista y que el médico endocrino realice los análisis pertinentes para estudiar la función tiroidea.

Tras el tratamiento del hipotiroidismo subclínico, los pacientes se encuentran más activos y concentrados

En caso de llegar al diagnóstico de HS, el médico endocrino decidirá si es necesario el tratamiento o no de la enfermedad, teniendo en cuenta el caso particular de cada paciente y sus enfermedades asociadas. Lo que se ha demostrado es que, en general, los pacientes con HS que han iniciado tratamiento mejoran los síntomas relacionados con la astenia, el estreñimiento; disminuye el tamaño del bocio si existiera e, incluso, mejoran la contractilidad del corazón y los niveles de colesterol.

Hipertiroidismo subclínico

En el polo completamente opuesto nos encontramos con en el hipertiroidismo subclínico. En este caso, los pacientes presentan niveles disminuidos de la TSH, manteniéndose las hormonas tiroideas en valores normales. Tiene una prevalencia de hasta el 6% en mayores de 60 años, especialmente en pacientes con bocio multinodular y es más frecuente en mujeres que en hombres hasta los 75 años, en que la frecuencia se iguala.

La principal causa que lo produce es el desencadenado por exceso de medicación en el tratamiento del hipotiroidismo. Entre otras causas se encuentran:

  • Una enfermedad inmunológica llamada enfermedad de Graves.
  • Ingesta farmacológica abundante de yodo por otras causas
  • Que uno o varios nódulos del tiroides empiecen a producir exceso de hormonas tiroideas de manera autónoma y sin control.

En el hipertiroidismo subclínico no hay un exceso de hormonas tiroideas, pero puede haber manifestaciones clínicas relevantes

La mayoría de los pacientes no manifiesta ningún síntoma de hipertiroidismo (sudoración, diarrea, pérdida de peso, irritabilidad), aunque pueden presentar otras alteraciones relacionadas como palpitaciones, dificultad para conciliar el sueño, intolerancia al calor e incluso síncopes.

De nuevo, vuelve a ser importante estar atentos sobre el estado de salud de nuestras personas mayores y acudir al médico de referencia ante los síntomas que nos puedan recordar cualquiera de estas dos enfermedades, como cambios en el estado de ánimo, apatía o irritabilidad excesiva o sensación, por parte del paciente, de aceleración o palpitaciones en el corazón.

La necesidad de iniciar o no tratamiento para el hipertiroidismo subclínico debe ser valorada e individualizada, en función de cada paciente, por el médico especialista EN ENDOCRINOLOGÍA.

El hipertiroidismo subclínico en personas mayores puede aumentar el riesgo de fracturas óseas y problemas cardiovasculares

Diferentes estudios realizados muestran que cifras muy bajas de TSH en personas mayores de 60 años supone un incremento del riesgo de desarrollar fibrilación auricular (un tipo de arritmia del corazón), se pueden agravar los síntomas de angina y/o insuficiencia cardíaca preexistentes y, en general, puede conllevar un aumento de la mortalidad cardiovascular.

Otro de los efectos adversos que puede desencadenar esta enfermedad es la pérdida de la densidad mineral ósea (osteopenia/osteoporosis), debilitándose la  consistencia de los huesos y pudiendo producir a largo plazo un incremento del riesgo de fractura.

Por todos estos factores es necesario evaluar a cada paciente de manera individualizada así como los niveles de TSH que presente en ese momento, ya que en muchas ocasiones las alteraciones del tiroides son transitorias y la progresión a hipertiroidismo clínico baja.

Tratamiento del hipotiroidismo y el hiperitroidismo subclínicos

El tratamiento del hipotiroidismo subclínico es el mismo que el del hipotiroidismo clínico y consiste en administrar en comprimidos, mediante tiroxina, la hormona tiroidea que no produce en cantidad suficiente la glándula tiroidea. En las personas mayores se recomienda prescribir dosis de inicio muy bajas para ir adaptando al organismo y evitar sobrecargas al corazón. La medicación se va cambiando en función de los resultados analíticos que se irán realizando cada 4 o 6 semanas.

El yodo radioactivo es completamente seguro y la función es bloquear la formación de hormonas tiroideas

El hipertiroidismo subclínico también recibe el mismo tratamiento que el hipertiroidismo clínico. Entre las opciones terapéuticas, se encuentra la toma oral de antitiroideos (que interrumpen la formación de hormona tiroidea) y que necesitan ser administrados durante un período de 12 a 18 meses para lograr que el resultado sea eficaz.

Otra opción de tratamiento consiste en bloquear la formación de hormonas tiroideas mediante la toma oral de una pequeña cantidad de yodo radioactivo. Este radioyodo es un isótopo del yodo que emite radiación y es empleado en medicina con fines terapéuticos, utilizándose también en el tratamiento del cáncer de tiroides. Una vez ingerido y absorbido, pasa al torrente sanguíneo y es captado por el tiroides, donde comienza a destruir las células que lo componen y frena de esta manera su actividad. Es el tratamiento de elección cuando la causa del hipertiroidismo subclínico es un bocio multinodular.

En el caso de que el paciente no pueda tomar antitiroideos ni radioyodo o si presentase nódulos en el tiroides sospechosos de malignidad, el tratamiento de elección sería la cirugía, eliminado la glándula tiroidea en su totalidad y teniendo que administrar medicación oral de por vida para sustituir la función de la glándula deficitaria.

En resumen

  • Las personas mayores pueden presentar manifestaciones clínicas sutiles que pueden pasar desapercibidas o asumir como normales al adjudicarlas a la edad.
  • Los problemas de tiroides son cada vez más frecuentes a medida que cumplimos años y, aunque no sean claramente una alteración franca del tiroides, pueden provocar manifestaciones clínicas importantes.

Por ello, cualquier síntoma fuera de lo normal que presente el paciente no se debe dejar pasar: tendrá que ser valorado inicialmente por el médico de cabecera y, en el caso de detectarse alteraciones, por leves que seanaunque leves, deberá ser remitido posteriormente a su médico endocrino para realizar una evaluación más profunda de la glándula tiroides.