En primer lugar hay que saber que un embarazo normal trae consigo cambios en las hormonas tiroideas que son fisiológicos. Estos cambios hay que tenerlos en cuenta a la hora de interpretar los análisis de sangre y dejar siempre que sea el especialista el que vea la analítica y nos los explique, ya que se pueden ver alteraciones en las hormonas tiroideas sugestivas de enfermedad cuando estos cambios son completamente normales en el embarazo.

El funcionmiento del tiroides del bebé depende completamente de la madre durante el 1º trimestre de  gestación.

Durante el 1º trimestre de gestación, la producción de hormonas tiroideas del bebé depende completamente de la madre y será al finalizar el mismo cuando empiece a producir hormonas tiroideas por sí mismo. Pero sigue dependiendo de que  la madre ingiera una gran cantidad de yodo para poder formar suficientes hormonas tiroideas. La OMS recomienda una ingesta de yodo diaria de 200 mcg durante el embarazo.

El hipertiroidismo materno en el embarazo en ocasiones es transitorio y está asociado a situaciones de hiperemesis gravídica (vómitos matutinos) y a un aumento de la hormona hCG.

La causa más frecuente de hipertiroidismo en la mujer embarazada es un enfermedad inmunológica llamada enfermedad de Graves.

Pero la causa más frecuente es una enfermedad del sistema inmunológico llamada enfermedad de Graves que acelera el funcionamiento de la glándula tiroidea y que se produce en una de cada 500 mujeres embarazadas. Si no es tratado de forma adecuada puede producir parto prematuro y pre-eclampsia en la madre, además de los síntomas clásicos de nerviosismo, palpitaciones y pérdida de peso. En el caso del bebé, su corazón puede latir más deprisa, ser pequeño para la edad gestacional, prematurnidad o posibles malformaciones congénitas. Por todo ello, es muy importante tratar el hipertiroidismo materno cuanto antes.

Los fármacos empleados en el tratamiento son seguros para el bebé.

El tratamiento es farmacológico. Durante el 1º trimestre se utiliza el propiltiuracilo, que está disponible en los Estados Unidos, porque parece que atraviesa la placenta en menor cantidad y el tirodes del niño es más vulnerable en este trimestre. Y ya a partir del segundo trimestre el fármaco se cambia a tirodril, que tenemos disponible en España. Ambos tratamientos son seguros durante el embarazo pero se recomienda utilizar la dosis más baja que permita controlar el hipertiroidismo materno para evitar el desarrollo de alteraciones en el tiroides del recién nacido. No obstante, los beneficios para el bebé de tratar a la mamá con hipertiroidismo superan a los posibles efectos secundarios. En el caso de intolerancia a la medicación o falta de control, la extracción quirúrgica de la glándula tiroidea es una alternativa razonable, pero rara vez se lleva a cabo durante el embarazo.

Así que tranquilidad, las mamás con hipertiroidismo antes o durante el embarazo pueden estar tranquilas y seguras. El tratamiento les beneficia a los dos.