Se aproximan los días de vacaciones y tenemos que estar preparados para que no nos vuelva a pillar el toro con el sol. Para muchos las vacaciones son sinónimo de descanso, diversión y por qué no, de poder conseguir un bronceado bonito y duradero.

Podemos empezar a preparar la piel un mes antes de la exposición al sol, pero la protección solar hay que usarla siempre

En cualquier caso, queramos o no tomar el sol, o si simplemente preferimos disfrutar de paseos por la ciudad o por la playa, está claro que en verano la exposición a la luz solar es mayor y más intensa y la posibilidad de quemaduras, erupciones y alergias se incrementa notablemente respecto a los meses anteriores. Estar preparados con suficiente antelación mediante alimentación y tratamientos cosméticos no solo garantizará un color de piel duradero y envidiable, sino que puede evitarnos las tan molestas quemaduras y, lo más importante, el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas o el tan temido melanoma.

Podríamos empezar diciendo que no toda la radiación que recibimos del sol es igual. Existen tres tipos principales: ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC).

  • Toda la radiación UVC y la mayor parte de la UVB es absorbida por la capa de ozono de la Tierra, por lo que casi toda la radiación ultravioleta que se recibe en la Tierra es UVA.
  • Tanto la radiación UVA como la UVB pueden afectar a la salud. Aunque la radiación UVA sea más débil que la UVB, penetra la piel en mayor profundidad y es más constante durante todo el año, con independencia de la estación en la que estemos.

La radiación UVA es la responsable de la aparición de las arrugas, ya que penetra en las capas más profundas de la dermis. Actúa, sobre todo, a nivel celular y genera radicales libres responsables de esas arrugas, manchas en la piel y pérdida de elasticidad y firmeza asociadas al fotoenvejecimiento.

La radiación UVB es la principal responsable del bronceado. Su potencia depende de la estación del año, el clima o la hora del día pero, aún así, es bastante dañina y también puede generar quemaduras, alergia al sol y, en una exposición prolongada, daños en la visión e incluso cáncer de piel.

Existen varios tipos de radiación solar y los cosméticos deben protegernos de todas

Conocidos ya estos riesgos y preparándonos para el verano, será interesante conocer aquellos alimentos que nos pueden ayudar a tener una piel más nutrida frente al sol, a la vez que nos ayudan a obtener un bronceado saludable, bonito y duradero después de las vacaciones. Ni qué decir tiene que la alimentación no va a sustituir a la fotoprotección con los cosméticos. Estos, además, deberían ser de amplio espectro (UVA/UVB) y factor de protección elevado (SPF 50) con aplicación todos los días, incluidos los que estén nublados. Se deben utilizar en cantidad suficiente y 30 minutos antes de salir al exterior, reutilizándolos cada 2 horas y después del baño o de haber sudado excesivamente.

Si hay que elegir un cosmético para la piel, que sea un fotoprotector

De nada sirve estar cuidando la piel durante todo el año con dieta y cremas excelentes si luego la torturamos con la radiación ultravioleta. Sin esta fotoprotección diaria, la aparición de manchas, arrugas, fotoenvejecimiento y el riesgo de cáncer, están asegurados.

Una vez cumplida la protección exterior frente al sol, pasemos a la protección interior.

Se puede preparar la piel ingiriendo a diario variados alimentos ricos en antioxidantes

Especialmente en estos meses, deberemos recurrir en mayor cantidad a aquellos alimentos con propiedades frente a los radicales libres. Estos serían algunos ingredientes de nuestra dieta veraniega:

  • VITAMINA E: es una vitamina liposoluble con una importante actividad antioxidante, lo que le permite protegernos frente al daño celular generado por los radicales libres del sol. Además, entre otras funciones,  ayuda a mejorar el estado del sistema circulatorio, previene el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y la demencia, y mejora el aspecto de la piel y del cabello. Cómo obtenerla: Una buena opción para obtenerla es tomar todos los días 20 g de almendras, nueces o avellanas, comer o cenar cada 2 días brócoli o espinacas y/o añadir 2 cucharadas soperas diarias de levadura de cerveza o de germen de trigo al café o a las ensaladas.
  • VITAMINA C: la vitamina C es un potente antioxidante y previene el envejecimiento prematuro de la piel, ya que neutraliza los radicales libres, disminuye el estrés oxidativo y contribuye a la absorción de otras vitaminas y minerales. Además, es fundamental para la síntesis de colágeno, proteína básica en la estructura de la piel, y responsable de que permanezca firme, tensa y bonita. Cómo obtenerla: Es una buena idea tomar todos lo días un zumo de naranja, de limón o varios kiwis, añadir como guarnición brócoli o pimientos verdes y condimentar comida y cena con perejil, albahaca o bulbo de hinojo rallado.
  • BETACAROTENOS: son pigmentos vegetales de color amarillo, naranja o rojo presentes, sobre todo, en frutas y verduras, con importantes propiedades antioxidantes y neutralizadoras de radicales libres. Pertenecen al grupo de los carotenoides, un tipo de flavonoides, y una vez ingeridos se convierten en la vitamina A, que es esencial para el crecimiento y desarrollo normal del organismo, de la piel; para el funcionamiento del sistema inmunitario, protección cardiovascular y para  la vista. Además, son excelentes para conseguir un buen bronceado, ya que activan la síntesis de melanina que es el pigmento fundamental de la piel. Gracias a ellos nos bronceamos más fácilmente y ayudan a mantener la piel protegida y bonita durante más tiempo. Está demostrado que ayudan a las pieles sensibles a ser más tolerantes frente al sol. Cómo obtenerlos: Una idea para alcanzar buenos niveles de betacarotenos sería tomar como postre, desde estos días y hasta el final del verano, albaricoques, melocotón, mango, papaya o nectarinas y comer una ensalada de remolacha, zanahoria, hojas de espinaca y pimiento rojo o tomate. Es buena idea adoptar el hábito de tomar a diario una ensalada con estos alimentos, ya sea como guarnición o como plato principal al menos en comida o cena. También podemos elegir cenar o comer una crema de calabaza o zanahoria o el típico y nutritivo gazpacho, o prepararnos un licuado refrescante de brócoli, zanahoria kiwi y naranja.
Cansancio, uñas quebradizas o piel apagada pueden indicar carencia de micronutrientes

En muchas ocasiones, aunque se coma de manera equilibrada con frutas y verduras buena parte de los días de la semana, no siempre alcanzamos los valores recomendables de vitaminas y minerales y empezamos a notar sus carencias (piel seca, caída del cabello, cansancio, dermatitis.). Comemos deprisa, muchas veces alimentos precocinados que han perdido la gran mayoría de las vitaminas en el proceso de cocinado, nos saltamos comidas o recurrimos a comida rápida con demasiadas grasas y pocos nutrientes. Y no solo se evidencia en el cansancio, falta de energía o ánimo deprimido, la carencia de micronutrientes se hace evidente en el cabello, la piel, el tono muscular e incluso las uñas. Y también puede hacernos más vulnerables a los daños del sol o a que el el bronceado no sea de tan bonito y duradero como si se tienen óptimos niveles de vitaminas y minerales.

Los nutricosméticos refuerzan la dieta y aportan beneficios actuando desde el interior

En casos como el anterior, puede ser buena idea recurrir a un complejo vitamínico o a la nutricosmética, para ayudar desde el interior del organismo a alcanzar los niveles recomendables de todos los micronutrientes. Los nutricosméticos son complementos alimenticios con una serie de nutrientes específicos presentados en forma de cápsulas o polvos. Generalmente contienen una combinación de vitaminas, minerales, lípidos y otros extractos naturales, vegetales o no, que sirven como complementos de ayuda a nuestra dieta.

Antes de empezar a tomarlos es conveniente la revisión por un endocrino o dermatólogo que valore si es necesario incorporarlos en nuestra dieta y en qué dosis y tiempo debemos tomarlos.

Los nutricosméticos se deben empezar a tomar un mes antes de la exposición al sol

Lo recomendable es empezar a tomarlos un mes antes de recibir las radiaciones solares, y continuar durante e incluso un mes después de la exposición al sol. En cualquier caso, el nutricosmético no reemplaza la crema de protección solar, pero ayuda a potenciar su efecto. De hecho, los nutricosméticos ayudan a disminuir las erupciones cutáneas y los granitos, y reducen la hipersensibilidad al sol por enfermedad o adquirida. Como hemos visto con la alimentación, los ingredientes de los nutricosméticos son capaces de neutralizar a los radicales libres, por lo que se potencia el efecto antioxidante que estamos buscamos y se reduce el riesgo de fotoenvejecimiento debido a los procesos oxidativos. De esta manera disminuye la aparición de las arrugas y la piel adquiere un aspecto más suave, firme y elástico. Suponen, además, un extra de protección frente al sol asociados a la crema de protección solar, con lo que, si vamos a pasar mucho tiempo expuestos al aire libre, aportan una mayor cobertura desde el interior y durante más tiempo.

Y este extra de nutrición que se incorpora regularmente todos los días con la suplementación se relaciona con un bronceado más intenso, bonito y duradero.

Sería recomendable, por tanto, elegir nutricosméticos compuestos de  carotenos, zinc o resveratrol, este último especialmente por su gran capacidad para neutralizar a los radicales libres y retrasar el envejecimiento de la piel.

Disfrutemos este verano más que nunca y, por todo lo que os he comentado, que no nos falten estos días frutas y verduras en abundancia, suplementos nutricionales si los necesitamos y siempre en la maleta la crema de protección solar.