Tener un cuello agrandado no implica tener un problema de tiroides

Muchos médicos de cabecera recomiendan a sus pacientes que se realicen ecografías de tiroides, para descartar un  problema de esta glándula asociado a un aparente agrandamiento del cuello. Los resultados de estas pruebas muestran, en la mayoría de los pacientes, que el tiroides es absolutamente normal, y el aspecto aumentado de su cuello podría corresponder más a tejido adiposos o simple anatomía (es así).

En otra parte importante de la población, el diagnóstico al que se llega es el de Bocio simple.

Cuando hablamos de Bocio simple nos estamos refiriendo al agrandamiento de la glándula tiroidea que no es debido a un proceso inflamatorio o tumoral, de ahí el nombre de simple . Además, la glándula funciona correctamente y no está asociado a un exceso o déficit de producción de hormonas tiroideas. Esto es que un paciente puede tener el tiroides agrandado y no por ello tener hipotiroidismo o hipertiroidismo.

Asimismo, cuando afecta a más del 10% de una población se denomina Bocio endémico simple, y se debe, generalmente, a déficit de yodo. También puede ser Esporádico, siendo más frecuente en mujeres.

El yodo es un elemento fundamental para síntesis de hormonas tiroideas, y tanto su exceso como su déficit puede producir Bocio

¿Cuál es la causa que produce que la glándula tiroidea  aumente su tamaño? Hay varias. Como ya hemos visto anteriormente, el déficit de yodo es la causa más frecuente de Bocio endémico en una población, pero también se puede deber a:

  • Consumo excesivo y continuado de determinados alimentos (mijo, tapioca, coles, berzas)
  • Administración de algunos medicamentos, principalmente el Litio o una exposición crónica al yodo, como sucede en pacientes que toman como medicación el antiarrítmico Amiodarona (el 75% de su composición es yodo)
  • Empleo continuado de tintes con yodo o la povidona yodada

En otras ocasiones es congénito, es decir, nacemos así.

Una ronquera o disfonía sin causa conocida debe ser estudiada

Aunque el tiroides se encuentre agrandado no produce ningún síntoma, excepto cuando por su tamaño llega a comprimir estructuras vecinas, lo que puede generar dificultad para respirar y digerir los alimentos e, incluso, ronquera. Si es muy grande, puede comprometer el retorno venoso y dar lugar a síncopes y mareos, aunque esto último es excepcional. Lo que no va tener el paciente con un Bocio simple son manifestaciones propias del hiper o el hipotiroidismo, ya que la glándula funciona correctamente.

Además de los síntomas que nos cuenta el paciente, el diagnóstico se basa, principalmente, en una ecografía de tiroides y, en ocasiones, en una gammagrafía, que lo que indica es que no hay aumento o déficit de la función de la glándula. Mediante un análisis de sangre se confirman que las hormonas tiroideas y la TSH son normales, y se puede completar el estudio con una Rx cervical y de tórax para descartar que el agrandamiento de la glándula no está desviando o estrechando la tráquea. En bocios localizados detrás del esternón hay que realizar un TAC cervicotorácico.

Hoy en día no se emplean hormonas tiroideas para corregir un Bocio simple

El único tratamiento curativo a día de hoy es la cirugía, pero únicamente se recurre a ella cuando es estrictamente necesario, bien porque el paciente tiene síntomas por compresión (se ahoga por las noches, no traga bien los alimentos) o hay indicios de un proceso tumoral en el tiroides (además de estar agrandado, tiene nódulos sospechosos de malignidad).

El tratamiento con hormonas tiroideas se recomendaba hace muchos años. Actualmente, tras realizar estudios médicos, se ha visto que no hay evidencia científica para recomendarlo y que, sin embargo, trae consigo riesgos como la  decalcificación ósea y la aparición de aritimias.

La última opción es el tratamiento con Radioyodo, una medicación en forma de pastillas que podría ayudar a disminuir parcialmente el volumen de la glándula. Se recurre a ella cuando el paciente debería ser operado pero tiene alto riesgo quirúrgico por su edad o enfermedades concomitantes. El problema de este tratamiento es que puede producir hipotiroidismo de por vida.

Sal yodada, pescados de agua salda y mariscos, queso, algas y legumbres son ejemplos de alimentos ricos en yodo

En cualquier caso, la mejor medida terapéutica es la prevención asegurando el suficiente aporte de yodo en la población, como introducir la sal yodada en la alimentación diaria e ingerir suficientes alimentos ricos en yodo. Además, los pacientes que toman medicamentos que incluyen yodo, como el litio o la amiodarona, deberían realizar un control con su médico general para controlar los posibles efectos secundarios de su medicación.