Es innegable que el alcohol está presente en nuestras vidas en mayor o menor medida. Formamos parte de una sociedad que  casi todo lo celebra comiendo y bebiendo, y una gran parte de la población dedica, además, parte de su tiempo libre a disfrutar de la amplia variedad de bebidas alcohólicas existentes.

Tomado en exceso, el acohol es un enemigo de nuestro sistema cardiovascular

Hasta aquí todo normal. El problema es que el alcohol, tomado en exceso y de manera continuada, puede resultar perjudicial para la salud:

  • Puede dar lugar a enfermedades hepáticas
  • Incrementa los niveles de triglicéridos y colesterol, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares
  • Disminuye, a largo plazo, la densidad mineral ósea
  • Aporta un elevado número de calorías llamadas vacías, es decir, energía sin ningún tipo de nutriente o beneficio para la salud, de modo que contribuye al aumento de peso y la obesidad

El elevado aporte calórico del alcohol hace que rápidamente se transforme en grasa

El alcohol es un elemento altamente calórico, cada gramo de alcohol puro proporciona unas siete kilocalorías, por ejemplo, 100 mililitros de whisky nos aportan más de 200 kcal. Además, cuando bebemos alcohol, el cuerpo recibe bruscamente una gran cantidad de energía que si no consumimos o quemamos en las siguientes horas, rápidamente se  almacenada en forma de grasa.

Los licores dulces, whisky, ron y coñac, entre las bebidas alcohólicas con más calorías

Las calorías que contiene una bebida alcohólica dependerán, sobre todo, de su graduación (la graduación alcohólica indica el porcentaje de alcohol puro que contiene cada botella). Así, las bebidas de más alta graduación son las que más calorías nos van a aportar. A esto hay que sumar que, muchas veces, estas bebidas las combinamos con refrescos azucarados, que pueden añadir hasta 110 kcal extra por cada 100ml de bebida carbonatada, convirtiendo un simple ron con coca cola en una bomba calórica de hasta 350 kcal.

  • Bebidas que más calorías contienen: licores dulces (383 Kcal) , el whisky y el ron (244 Kcal), el coñac (243 Kcal) y el aguardiante (222 Kcal).
  • Menor número de calorías: vino blanco (85 Kcal), el rosado (74 Kcal), y por último, el tinto y el cava (65 Kcal).
  • Bebidas alcohólicas que menos calorías contienen: vino seco, cerveza y sidra, con unas 45 Kcal por 100 ml.

Pero hay que tener en cuenta que dos vasos grandes de vino nos pueden aportar hasta 260 kcal, que en el contexto de una dieta de 2000 kcal, supone un plus de calorías vacías.

Una comida copiosa acompañada de alcohol puede proporcionar más de la mitad de las necesidades calóricas de un día

Otro de los problemas que se tiene con el alcohol es que, generalmente, no lo tomamos solo, es decir, se ingiere como acompañamiento de comidas, normalmente, copiosas o aperitivos ricos en grasas. Por ello, a las calorías extra que ya de por sí lleva el alcohol tendríamos que añadir las que nos aportan los alimentos de la comida o los aperitivos. En una cena o comida con alcohol sin excesivo control sobre la ingesta, podemos estar dándole a nuestro organismo prácticamente la mitad de las calorías diarias recomendadas por edad y sexo. El alcohol además, y siempre hablando en exceso, hace que nuestro sistema nervioso central se relaje y nos desinhibimos, teniendo un menor control sobre lo que comemos y no siendo tan conscientes de las cantidades que ingerimos .

Así pues, no se trata de eliminar drásticamente el alcohol de nuestra dieta, pero sí de ser conscientes de las calorías extra que nos puede llegar a sumar, con el fin de reducir tanto las cantidades que ingerimos como la frecuencia de su consumo. Asimismo, intentar incluirlo en el contexto de una dieta mediterránea y compensar los excesos con mucho ejercicio físico y dieta baja en calorías .