hipoglucemia

Muchos pacientes acuden a mi consulta preocupados porque varias horas después de desayunar comienzan a sentir debilidad, mareos y malestar generalizado. Me preguntan si estos síntomas pueden deberse a una hipoglucemia, a diabetes o a alguna enfermedad más grave.

Una hipoglucemia es un valor de glucosa en sangre inferior a 60 mg/dl

Realmente, para hablar de hipoglucemia verdadera, el azúcar en sangre tiene que estar muy bajo, inferior a 60 mg/dl, que son cifras difíciles de alcanzar salvo que tomemos medicación muy específica o tengamos una enfermedad asociada importante. Lo que sí puede suceder es que hay personas que presentan una mayor sensibilidad a valores de glucosa en sangre disminuidos, sin llegar a ser una verdadera hipoglucemia, y pueden experimentar esta sensación de debilidad y malestar cuando el azúcar baja en sangre tras varias horas después de una comida como el desayuno. Y es que, cuando comemos, empezamos a segregar insulina, que es la hormona que se encarga de introducir el azúcar de los alimentos en el interior de las células para proporcionarnos energía.

Un desayuno rico en azúcares baja antes el azúcar en sangre que otro rico en proteínas y cereales integrales

Así que, si ingerimos muchos azúcares en las comidas, la producción de insulina es mayor, y más rápidamente descienden los valores de glucosa en sangre pudiendo experimentar los síntomas de mareo y debilidad.

Para mantener la energía durante todo el día, es conveniente comer cada 2-3 horas, 5 veces al día

Lo oímos hasta la saciedad, pero pocas veces lo hacemos… Para evitar esos “bajones” de energía que se tienen con relativa frecuencia y mantener unos niveles de glucosa estables en sangre, es muy recomendable realizar las 5 comidas al día.

Lo mejor es comenzar por la mañana con un DESAYUNO rico en hidratos de carbono de liberación lenta, es decir, los que no estimulan una rápida producción de insulina, sino que se la vamos segregando lentamente a lo largo de las horas. En este grupo de alimentos se incluirían:

  • El pan integral
  • Los cereales integrales
  • Los copos de avena
  • Combinados con un lácteo y una pieza de fruta, resultarían un desayuno energético perfecto.

La combinación de azúcar y proteínas a media mañana nos proporciona mucha energía y saciedad hasta la hora de comer

A MEDIA MAÑANA, os recomiendo tomar una pulga de pan para proporcionarnos energía inmediata, pero de nuevo integral y mejor acompañado de una proteína como pavo o jamón, que también enlentecen la secreción de insulina y nos aportan una mayor sensación de saciedad y vitalidad hasta la hora de comer.

Si en la COMIDA optamos por arroz o pasta, es mejor que sea integral, por el mismo motivo que os he comentado anteriormente, y acompañados de verduras y proteínas, que también disminuyen la producción acelerada de la insulina.

También conviene evitar platos enteros de hidratos de carbono porque de nuevo estimularían una rápida producción de insulina después de comer y una sensación de apetito y falta de energía a las pocas horas de la ingesta.

Como MERIENDA, una opción poco calórica que nos aporta energía y plenitud hasta la hora de la cena y no precipita bajadas bruscas de glucosa es un yogur natural con frutos secos. Rico en fibra, proteínas, vitaminas y minerales, resulta un tentempié perfecto para evitar picar snacks o chucherías hasta la hora de cenar .

Unas judías verdes con merluza a la plancha sacian más y engordan menos que un yogur con fruta y mezclado con cereales

Y por la noche, salvo que hayamos hecho ejercicio físico las horas previas -entonces nos podríamos permitir una ración moderada de hidratos de carbono-, es mejor elegir una CENA ligera de verduras u hortalizas con una ración de proteínas tipo pescado o filete de pollo. Más saciedad, Menos calorías y Más energía que un bol de leche con galletas o sándwich rápido para suplir la cena.